Hasta hace un tiempo, parecía que ser gay, lesbiana o transexual implicaba renunciar al proyecto de crear una familia y ser más bien promiscuo, pero ahora ya no es así, cada vez son más las parejas homosexuales que deciden formarla, casándose e incluso teniendo hijos.
Otra idea, ¿os habéis fijado que los homosexuales deben salir del armario constantemente? No es algo tan épico como en las películas, con todos los conocidos reunidos en la sala de estar de casa. Es, más bien, algo que se repite y se repetirá en la vida de todo gay. Cuando conozca una persona, deberá justificarse, cuando empiece a trabajar en un sitio nuevo también. Y es que, tal y como dice la psicóloga Paula Alcaide, “por defecto eres heterosexual si nadie demuestra lo contrario”.
Por lo tanto, podemos decir que la homosexualidad convive en un contexto homófobo, en el que debe justificarse, diferenciarse de los demás. Al fin y al cabo, es desigual. Y debe aguantar los ataques por parte de las clases más conservadoras incapaces de sacarse el vendaje que llevan en los ojos y abandonar el odio que tanto les pudre por dentro.
Esta semana, en AmbienteG leíamos que en el Reino Unido ya ha empezado el proceso para aprobar la ley de matrimonio homosexual. Con cosas como estas se ve las diferencias de España con Europa, David Cameron declaró que “los conservadores creemos en los lazos que nos atan; que la sociedad es más fuerte cuando nos ofrecemos nuestros votos y nos apoyamos el uno al otro. Así que no apoyo el matrimonio gay ‘pese’ a ser conservador. Apoyo el matrimonio gay ‘por’ ser conservador”. En España, Mariano Rajoy no diría algo así en la vida.
Bueno pues, está muy claro que David Cameron es un activista a favor de los derechos LGTB y, al fin y al cabo, la igualdad. De hecho, anunció que no donaría ayudas a los países de África con leyes que discriminen el colectivo homosexual, algo que el presidente de Uganda, Yoweri Museveni, criticó duramente. Pues bueno, en Reino Unido ya ha empezado el proceso para permitir a las personas del mismo sexo contraer matrimonio.
Pero en el medio de comunicación ultraderechista Intereconomía la noticia no es esa. El titular dice: “Los ingleses no apoyan el ‘matrimonio homosexual’”. Según lo que publican, en las 2.500 iglesias católicas de Gran Bretaña, se leyó un comunicado de los obispos en contra de esta ley. No, redactores de Intereconomía, no, “los ingleses” no son los obispos ni los participantes en la encuesta del periódico conservador The Daily Telegraph según la cual, el 45% sí apoya la ley, el 36% no, el 14% la considera “una prioridad” y el 78% cree que “el Gobierno tiene otros asuntos más importantes de qué ocuparse, y este no debe tener prioridad en el Parlamento”. Que los votantes no crean que es una prioridad no significa que estén en contra, esta información está totalmente malinterpretada.
Por lo tanto, es difícil y complicado ser homosexual y convivir en este entorno de rechazo, pero cada uno debe ser feliz consigo mismo y vivir dignamente y lo más feliz que se pueda. ¡Ánimos!
1 colores:
Yo creo que mientras celebremos el día del orgullo gay no seremos iguales.... además, es lanzar piedras contra el tejado de la "normalización" Cuando un joven adolescente dice a su padre: "Soy gay", el pobre padre no se figura al juez GRANDE MARLASKA haciendo su trabajo, o a ROCK HUDSON interpretando películas, o a AMENABAR rodando películas (grandes profesionales, lo que haga cada cual en su alcoba nadie lo sabe, excepto ellos), sino que automáticamente piensa en el negro semidesnudo con un tanga de tachuelas que ha visto encima de una carroza, no me extraña que ponga el grito en el cielo, porque ningún padre, a priori, quiere eso para un hijo...
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