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viernes, 28 de octubre de 2011

Edimburgo: huída y encuentro



“...y es que del amor, como de la vida, siempre se espera más y nunca se está satisfecho”. Posiblemente la frase más significativa de la novela que hoy queremos daros a conocer. Se trata de 'Beatriz y los cuerpos celestes', de Lucía Etxebarría, y no te permite respirar ni un sólo segundo, especialmente si eres de esos lectores que doblan páginas, subrayan frases y escriben apuntes. A veces da la sensación de que la novela es tan intensa que no puedes dejar de pasar páginas y páginas arrepintiéndote de haberlas leído ya. Eso ocurre con nuestra Beatriz y su mundo espacial - y especial -, lleno de claustrofobia hacia todo aquello que forma parte de su propia vida, incluidos el amor cruzado, el miedo y los deseos más íntimos.

La novela de Etxebarría ganó el Premio nadal en el año 1998. A veces parece que empezar a descubrir su literatura sea como ponerte al revés, porque la novela va tejiendo una suave tela de líneas dispares, que se reencuentran, se tuercen y se aman. A veces resulta épica. Tres mujeres: Cat, Mónica y Beatriz. Y el amor. El amor en femenino, ni demasiado lésbico - si es que hay algún demasiado - ni excesivamente rosa. Tampoco banal, pero sí lleno de nubes, aromas y pensamientos. Beatriz estudia literatura en Edimburgo y a menudo se esconde en el ambiente húmedo de Escocia, bajo las sábanas que comparte con Cat. Una jóven felina que salva a Beatriz de caer una y otra vez en sus propios fantasmas, en su tormentoso pasado en Madrid, en su huída asfixiante... y allí está Mónica.
 
“Ansiaba la perfección de un estado primordial, un estado de fuerza y autonomía anterior a lo masculino o a lo femenino. No quería ser la mitad de uno”, dice Beatriz. Fugitiva y buscadora de lo inesperado, tratará de encontrar su propia plenitud probando todos los caminos posibles. 

Un fragmento poco concreto pero muy significativo... “Una radiación, bautizada por científicos como el Fondo Cósmico de Microondas, constituye el origen de la vida y lleva en sí la huella de la materia oscura y materia brillante. Inunda el universo, lo impregna todo, pero no está asociada a ningún objeto en particular. A fin de cuentas todos somos una parte de un todo mucho más grande que nos integra, todos llevamos dentro el caos y el orden, la creación y la destrucción. Todos somos al mismo tiempo víctimas y responsables de nuestra propia vida. Para lo bueno y para lo malo, todas las sendas de lo posible están abiertas a los pasos de lo real. Pero no todos somos tan sabios como para comprenderlo ni tan audaces como para trazarnos un itinerario."

Sólo queda decir que la novela de Etxebarría te induce a perderte muy dentro de ti mismo. Entiéndase como se quiera. 

2 colores:

Zowi dijo...

Ayyyy, la Etxabarría. No sé si la quiero o la odio. Un poco de todo, supongo. Como a los viejos amigos. Yo de la Etxabarría me he leido ya algunos libros. Me ha acompañado durante muchos años. Pero es que a veces...no tiene medida de lo que dice. Eso me crispa, pero también me pone.

Muy bueno tu comentario sobre el libro...

(Estoy rapasando un poco algunos de tus post y creo que me pasaré a menudo. Tu blog, por los temas que tratas, promete.)

Besos y agur

el Arcoíris Libre dijo...

Sí, a veces provoca opiniones contradictorias, sus novelas són la mayoría muy buenas o, almenos, tratan la vida de forma distinta, pero a veces no estamos de acuerdo con lo que dice, cierto, pero también lo hace todo más intersante ;) ¡Gracias por comentar! Si tienes cualquier sugerencia ya sabes ;)

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