La Expogays (II Feria Internacional de los Negocios y el Turismo Gay) en Málaga cerró sus puertas ayer. Durante tres días, Torremolinos se ha convertido en una ciudad gay de referencia internacional.
De hecho, en este último año, han aparecido dos iniciativas de pueblos que desean ser destino turístico gay, conocidos como pueblos “Gay-Friendly”. Pretenden ser lugares turísticos enfocados al target homosexual. Estamos hablando de Moclinejo (Málaga), donde el alcalde, del Partido Popular, realizará un referéndum para proclamarse el “primer pueblo gay”, y Frías (Burgos), que incluso se ha presentado ya en esta edición de Expogays.
De lugares referentes para el colectivo LGTB hay muchos, como Chueca (Madrid), Barcelona o Ibiza. Pero, realmente, ¿crear este tipo de pueblos beneficia al colectivo gay?
¿Se crean estos pueblos con un interés económico por el turismo que pueden generar o con un interés también social, para promover la igualdad? Es muy representativo el hecho que el alcalde de Moclinejo sea del PP, un partido homófobo, que da mucho que pensar sobre el interés que pueda tener esa localidad en ser un pueblo “Gay-Friendly”.
Además, crear este tipo de espacios, puede parecer que sea un gueto, un espacio donde viven homosexuales apartados de los demás. Para que se produzca una verdadera normalización, es necesario que convivan en un mismo espacio homosexuales y heterosexuales en igualdad de condiciones. Segregar así no es un paso hacia la tolerancia.
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