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martes, 10 de enero de 2012

Alejandro Amenábar

Alejandro Amenábar es director y guionista cinematográfico, nacido en Chile, pero que ha desarrollado su carrera en España, consiguiendo once premios Goya y un Oscar. También compositor de la mayoría de las bandas sonoras de sus películas, su pasión por el séptimo arte y su talento le han catapultado hacia lo más alto.

Amenábar es abiertamente gay desde 2006, año en que confirmó públicamente su homosexualidad, pero es uno de los personajes más discretos. Podríamos decir que reivindica su homosexualidad sin excederse ni añadirse a ninguna causa concreta, sino mediante su forma de expresión. La mayoría de sus trabajos permite realizar una lectura muy personal, basada en el abandono del cliché, en la visión de la humanidad como algo heterogéneo y en contacto constante, ya sea en un thriller, en un drama rural o en el cine épico. Fascinador de sus espectadores, Amenábar es un ejemplo de esos cineastas capaces de triunfar sin perder su calidad y su independencia, pero sin dejar jamás de deslumbrar a su público.

Nació en Chile, pero se crió en España después de emigrar con su familia en tiempos de Pinochet. Su infancia fue bastante aislada por el ambiente familiar y tampoco fue un espectador de cine habitual, pero sí un gran admirador de Steven Spielberg, que se convertiría en su referente.


Alejandro Amenábar empezó a estudiar Ciencias de la Información en la Universidad Complutense de Madrid, especializándose en imagen. Empezó con ganas, pero el exceso de teoría le hizo aborrecer la carrera, pero no tiró la toalla. Un año más tarde presentó su primer corto La cabeza (1991), que marcó el inicio de su trayectoria profesional junto al director y guionista Mateo Gil. Desde entonces se hicieron inseparables y recorrieron un largo camino juntos, culminando con trabajos como Himenóptero (1992) y Luna (1994). Tras estos cortos, José Luís Cuerda leyó el guión de Tesis, un thriller inspirado en los compañeros de facultad de Amenábar y algunos de sus profesores, que luego se vieron reflejados en algunos personajes. Más tarde, trabajó con Eduardo Noriega en El espíritu de la colmena, descubriendo a Ana Torrent y Fele Martínez, y ganó el Goya a Mejor Película en el 96. Amenábar contaba con sólo 25 años.


Su segundo largometraje fue arriesgado pero triunfó. Abre los ojos, un thriller de ciencia ficción sobre el éxito, que contó con Noriega y Fele Martínez, y el equilibrio femenino de Penélope Cruz y Najwa Nimri. Así consiguió explotar su talento cinematográfico y darse a conocer a nivel internacional. Años más tarde, el cine de Amenábar llamó mucho la atención a Tom Cruise, que acabaría protagonizando Vanilla Sky, un remake firmado por Cameron Crowe, que también contó con Penélope Cruz. Esta nueva versión no fue dirigida por el director chileno, pero sí le sirvió de contacto con Hollywood para consolidarse.


Quizá su largometraje de éxito ha sido Los Otros, producida por Cruise y protagonizada por Nicole Kidman, aunque Amenábar no quiso incluir más caras conocidas en el repertorio. Un relato de fantasmas en una siniestra casa victoriana como escenario, con un final elegante, quizá de los más sorprendentes del cine reciente. Con esta película obtuvo críticas extraordinarias en todo el mundo y arrasó las taquillas americanas, lo que le valió un lugar en la industria hollywoodiense.


Inspirándose en la vida de Ramón Sampedro, un escritor tetrapléjico que fue el rpimer español en pedir la eutanasia por vía legal, Alejandro Amenábar hizo lo que muchos consideran su obra maestra: Mar Adentro. Triunfó en las taquillas, arrasó en los Goya, consagró a Belén Rueda en la gran pantalla y le valió la segunda Copa Volpi del Festival de Venecia a Javier Bardem. Aunque el premio más importante para el largometraje fue el Oscar a la Mejor Película en lengua extranjera, ya que era la primera vez que una película de Amenábar era nominada en esta categoría.


Después de su triunfo internacional, Amenábar no perdió nunca su esencia y dio un vuelco a su estilo con Ágora, una película inspirada en un personaje histórico real, Hipatia de Alejandría. El abismo del Mundo Antiguo y una lucha religiosa con Rachel Weisz como protagonista, un trabajo magistral que dio la oportunidad a actores jóvenes y consiguió deslumbrar a su público.


Interesante entrevista de Iñaki Gabilondo a Alejandro Amenábar: 




Os dejamos en este link uno de sus primeros trabajos, el corto Luna.    

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