Muchas personas relacionan la homosexualidad con la diversión o lo que denominan “tener pluma”. Una gran cantidad de personas respetadas han mostrado abiertamente su condición sexual y siguen ocupando un puesto de enorme responsabilidad. Este es el caso de Klaus Wowereit, miembro del partido socialdemócrata de Alemania (SPD) y alcalde de Berlín desde Junio del 2001.
Con la frase “Ich bin schwul und das ist auch gut so“ (Yo soy gay y eso está bien) Klaus Wowereit demostró que la homosexualidad no va ligada a la irresponsabilidad. Es más, después de confesar su condición sexual en 2001 – antes de ser elegido por primera vez como alcalde de Berlín –, consiguió ganar notoriedad.
Ya lo anunciaban los comicios regionales en Berlín, que en las últimas elecciones (septiembre del 2011) ganarían los socialdemócratas, a pesar de contar con un líder homosexual. La oposición alemana quedó retratada cuando, durante la campaña electoral, el rival democristiano, Friedbert Pflügert intentó ganar votos con frases un tanto homófobas como “Berlín tiene necesidad de una primera dama”. Cuando Klaus Wowereit ganó las elecciones, se presentó con su pareja, el neurólogo Jörg Kubicki, lo abrazó y contestó a su adversario con una frase parecida al día en que hizo pública su condición sexual “Querían una primera dama. Nosotros tenemos a Jörg y eso está muy bien”.
Wowereit ha sido reelegido para la alcaldía de Berlín por tercer mandato consecutivo con el 28,3% de los votos, de modo que queda demostrado que la ciudadanía no se preocupa de la orientación sexual de su líder mientras éste lleve a cabo una buena carrera política.
Asimismo, otra grata sorpresa en las elecciones en Berlín fue el Partido Pirata, promotor de políticas pro-LGTB, que ha entrado en la vida política alemana consiguiendo un 8,9% de los votos. Este partido presenta un programa que pretende conseguir la igualdad matrimonial entre parejas homosexuales, además de contar con el primer diputado abiertamente gay del Parlamento alemán, Herbert Rusche.
Durante su campaña electoral, Wowereit repitió que en el caso de ganar deseaba ocupar nuevos cargos de responsabilidad en su propio partido. Los debates se centraron en la idea de “¿puede un político homosexual aspirar a un cargo de alta responsabilidad y llegar a ser canciller en Alemania?” Pero la respuesta parece clara. La ciudad berlinesa se caracteriza por ser una ciudad tolerante y centro del movimiento gay. De hecho, ni las declaraciones ni el aumento de popularidad de Wewereit a causa de su homosexualidad sorprendieron a los ciudadanos de Berlín. E incluso los gestos públicos y afectivos entre el alcalde de Berlín y su pareja no pasaron desapercibidos y aparecieron en el Bild, el periódico más vendido del país, que dedicó una portada al tema (bajo una foto de la pareja aparecía un titular “¿Será Wowo el primer canciller homosexual?”)
Mayoritariamente, los berlineses han aceptado que su alcalde sea homosexual y que incluso encabece la marcha anual del Christopher Day, la mayor fiesta gay de la ciudad. Por su parte, Wowereit, ha enfatizado varias veces la idea de que él es un homosexual que se dedica a la política, pero eso no quiere decir que haga política gay.
Aunque en Berlín se tolere la homosexualidad, cabe destacar que no ocurre lo mismo a nivel estatal. Los candidatos políticos gays no gozan de mucha popularidad y sólo dos cargos importantes han manifestado su condición homosexual: el alcalde de Hamburgo, Ole von Beust, y Guido Westerwelle, presidente del partido Liberal.
Teniendo en cuenta la responsabilidad política de Wowereit y sus intenciones por ocupar un cargo de mayor importancia una vez hecha pública su condición homosexual, podremos comprobar si realmente el concepto de homosexualidad-irresponsabilidad está superado o no.
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